sábado, 30 de julio de 2011

Londres (24-27 de Junio) 3ª Parte (Glee Live en el O2 Arena)


El sol se coló temprano por las rendijas abiertas de las ventanas de nuestra habitación. No había una sola nube en el cielo, ni siquiera en el horizonte. Preludio de un día espléndido. Lo fue. Como si con cada pisada sobre el suelo londinense, empezando por la zona de Hammersmith, fuese a explotar en fuegos artificiales.

Nos dirigimos a coger el metro en Ravenscourt Park con la emoción que se siente antes de ir a un concierto que sabes que probablemente será único en tu vida. Pasamos la Oyster por los cajetines del metro y nos sentamos en un banco de madera, al aire libre, a esperar. Era domingo, y era temprano, por lo que éramos las únicas que hacían el chorra, mientras llegaba el Tube, cámara en mano. Como teníamos tiempo, decidimos irnos a la zona d
e Westminster, una vez más. Saludamos al Big Ben nada más salir de la boca de metro, y dimos un paseo por esa zona que conocemos tan bien. El reloj de la torre más famosa en Londres, parece guiñarnos con las manecillas cada vez que nos ve aparecer por allí, año tras año. Caminamos hacia la Torre Victoria, cruzamos hacia la Abadía. Es domingo y no se puede visitar, pero la gente se dispone a hacer cola en la puerta. Hay misa, y los turistas más avispados pretenden colarse para poder visitar la Abadía de Westminster sin tener que pagar una libra. Es hermosa por fuera y por dentro. Ese día lo es especialmente, más que en la boda de William y Kate Middleton, pues el sol la baña de arriba a abajo. Otra inglesa que cecea, (van dos), les explica a los curiosos que no es día de visitas, si no de oración. Queremos entrar a verla una vez más, para recordar los rincones que recorrimos una vez anterior, pero desistimos por sino fuera posible hacerlo una vez dentro. No podíamos permitirnos oír una misa completa, pues en apenas una hora debíamos irnos para el O2 Arena. Confieso haber estado más nerviosa que mi amiga, o tal vez lo expresaba más. Miraba el reloj a cada instante, el mío de pulsera o miraba hacia atrás y miraba la hora que marcaba el Big Ben. Nos hicimos unas fotos, dimos otro paseo, admiramos alguna estatua, como la de Mandela, o la de Abraham Lincoln. Fuimos a hacer fotos a la entrada del metro de Westminster, unas más al Big Ben, otra vuelta por la Abadía, luego por la tienda, (impresionante la de merchandising que hay sobre la boda real de William y Kate, de todo lo imaginable e inimaginable también. Todo un negocio. No compramos nada).
Al fin llegó la hora de coger el metro de nuevo y contar las paradas hasta North Greenwich. Fueron bastantes. A nuestro lado viajaba una familia con varias niñas que no dejaban de mirar nuestras camisetas. Eran de Glee. Encargadas por nosotras, iguales, pero a la vez únicas. Yo observaba a la gente que llegó hasta nuestra parada, tal vez porque quería saber qué perfil tenían los Gleeks londinenses, pero no me pareció que hubiese ninguno, y me hizo dudar de la fecha o de la hora del concierto, hasta del lugar, ¿acaso éramos las únicas que llegarían al O2 un par de horas antes de que empezara el concierto?

Cuando llegamos a la zona del O2, apenas a 5 metros de la salida del metro de North Greenwich, (esta boca de metro te hace pensar que vas a una piscina o parque acuático, con sus paredes de azulejos azules), nos impresionó la organización de la zona. Aquello es tremendo y sabes que estás en una zona de conciertos nada más llegar... es increíble. La carpa que cubre el O2 mide 1km de diámetro, es blanca, salpicada de torrecillas amarillas que se inclinan hacia el cielo. La llaman el huevo duro aplastado, entre otras cosas, y se ve desde una altura considerable en el cielo. Yo no lo he visto, pero lo he leído, y como he estado allí, no me extraña en absoluto.

Lo primero que divisamos, una vez pasada la zona de juego de niños, y unos edificios de cristal, fuentes en el suelo, etc, fue la zona de venta de merchandising de Glee. Pasamos curiosas por delante, pero lo primero era lo primero, conseguir nuestros duplicados de entradas. Las originales nunca nos llegaron, debido a un fallo en la empresa de mensajería Fedex, que la entregó a Chronoexprés en Málaga, y esta a su vez en lugar de entregarla a la destinataria, lo hizo a su portero y ahí perdimos la pista de las entradas. Tanto por mail al O2, como a Ticketmaster, como por teléfono a los mismos, nos aseguraron el duplicado el mismo día del concierto, justo a las doce, y eran menos diez cuando llegamos a las taquillas. Aún quedaban 10 minutos de agonía, que pasamos observando las camisetas y los objetos que vendían en los puestos de merchandising. No era sólo ese puesto al aire libre, si no, que al entrar al O2, había varios. Los más pequeños sólo vendían el programa, y el backstage que no era tal. Nos compramos ambos, aunque a horas distintas. La zona de venta de merchandising dentro del O2 es una auténtica pasada. Es enorme, como el lugar, donde también hay restaurantes a mansalva, cafeterías, pubs, discotecas, exposiciones... (entre ellas había una de objetos rescatados del Titanic), etc, etc, etc. Ese día, todo estaba relacionado con Glee. Menú Glee. Bebida Gleek. Karaoke Glee. Etc. Etc.
A las doce volvimos a las taquillas por tercera vez. Y al fin conseguimos el duplicado de nuestras entradas. Por increíble que nos pareciera, en un par de horas estaríamos viendo a los chicos de la serie Glee sobre el escenario. ¿Quién nos lo iba a decir hace unos meses? Yo estaba deseando oír y ver Lea Michele. Confieso mi debilidad para con su voz y su persona. Es mi personaje favorito. Pero he de confesar que cuando empezó el concierto, me emocioné con todos y cada uno de ellos, hasta con Lauren, que no me simpatizaba demasiado en la serie.

Una vez que tuvimos las entradas y que compramos lo que pudimos en la tienda de merchandising, que no lo que quisimos, pues las camisetas eran la mayoría de talla XL o corte de chico y no pudimos conseguir la que nos gustaba, nos dirigimos por fin a lo que era la verdadera entrada a aquel inmenso palacio de deportes o de conciertos. Nos revisaron las entradas con láser y nos indicaron, (había muchísimo personal y ninguna aglomeración ni cola a la entrada), cómo subir a la primera planta. Aquello era como un centro comercial, eran escaleras mecánicas. Como es circular, una vez que subimos debimos ir, en c
írculo hasta la puerta número 112, que era la nuestra, (había muchísimos puntos de entrada, con sus servicios bien localizados, restaurantes, zonas donde comer, etc, por cada planta), y ahí buscamos nuestros asientos. El mío era el K373, y el de mi amiga el contiguo. Nos quedamos alucinadas por dos cosas. La primera por lo enorme del lugar, y la segunda por lo cerca que estábamos del escenario. Una auténtica pasada. Con el subidón de adrenalina nos fuimos a comer a la misma planta, pero la comida entraba a duras penas, la emoción no nos dejaba comer lo que quisiéramos o necesitáramos. No tardamos mucho en hacerlo, y volvimos a nuestros asientos, que eran como de cine, butacas. Debían ser más o menos la una, y yo ya no me moví de mi asiento hasta que terminó el concierto a las cuatro y algo de la tarde. Observé cómo se iba llenando de gente. Gente muy variopinta. De todas las edades. Pensábamos que Glee atraería más bien a jovencitas, a adolescentes, a niños, y a nosotras, pero no. Glee, en Londres, atrae a todo el mundo, sea de la condición que sea, de la edad que sea, de la religión o credo que sea, de todo tipo, había rockers, heavys, parejas cuarentonas, cincuentonas, sesentonas, treintañeros, gente alternativa, abuelos con nietos, grupos de adolescentes, ejecutivos, etc etc etc. Desde nuestro sitio también podíamos ver cómo iban organizando el escenario, cómo llegaban los músicos, cómo acomodaban a los del pase VIP, que debieron pagar en torno a los mil euros para poder estar sentados en butacas en medio del escenario en forma de H invertida.
Cuando llegó la hora y se apagaron las luces, el O2 estaba al 90% de su capacidad. La gente comenzó a gritar y yo le dije a mi amiga que debíamos ser las únicas españolas que gritaban en español, si es que se puede gritar en diferentes lenguas. Unas adolescentes que nos rodeaban, no dejaban de hablar a gritos entre ellas, una mujer embarazada y su marido se acomodaban en un asiento más allá, unas señoras lo hacían detrás nuestra, un grupo lo hacía delante, toda una familia junto a ellos y así se fueron llenando los huecos. Los que escogieron la última fila en la parte más alta del O2 fueron avisados al comprar sus entr
adas que existía el peligro del vértigo si alguno lo tenía, y no me extrañaba nada. Para comprar esas entradas, prefiero verlo en casa. La cosa se animó cuando en las pantallas gigantes salió Sue Sylvester y luego Will Schuester. Después vinieron una serie de diapositivas de la serie, que duró hasta que alguien salió al escenario haciendo una pirueta. Comenzamos a gritar pensando que era algún Glee, pero eran los preliminares, un grupo que hacia break dance o algo así y que iba a promocionar su espectáculo al menos durante media hora. Estuvo muy bien, muy entretenido, pero estábamos deseando que salieran al escenario los Glee. Fueron puntuales. Y ahí comenzamos a gritar todos de verdad, ¿por qué? No sé, por inercia, por que se grita en los conciertos, porque entra dentro del precio que pagas, porque la emoción te lleva y la adrenalina se te dispara, porque eres feliz. Yo siempre lo soy cuando voy a un concierto y lo disfruto. Es un estado de felicidad que no tengo que recordar para saber que lo fue, es un estado que reconozco enseguida, en cuanto sale al escenario mi personaje o grupo admirado. Feliz. Así estaba. Y así estoy al recordarlo.
Describir un concierto es complicado. Es algo que hay que ver y vivir. No se puede transmitir con palabras, por lo que mi recomendación es que os pilléis una entrada, (en este caso es complicado porque la gira ha terminado y porque no ha llegado ni llegarán las próximas, a España), y lo viváis, u os busquéis vídeos en youtube y veáis alguna parte del show. Aunque lo mejor, sin lugar a dudas, será que el 12 de agosto, veáis el concierto en el cine, en 3D, si es que llega a España. Estará una semana en pantalla, y el tracklist, será el mismo que yo viví y disfruté allí, que es el sigui
ente:

El show abre con un video pregrabado de Sue y Mr. Schuester introduciendo a los New Directions:
Diana Agron (Quinn Fabray), Chris Colfer (Kurt Hummel), Darren Criss (Blaine Anderson), Ashley Fink (Lauren Zizes), Kevin McHale (Artie Abrams), Lea Michele (Rachel Berry), Cory Monteith (Finn Hudson), Heather Morris (Brittany Pierce), Chord Overstreet (Sam Evans), Amber Riley (Mercedes Jones), Naya Rivera (Santana Lopez), Mark Salling (Noah Puckerman), Harry Shum, Jr (Mike Chang) y Jenna Ushkowitz (Tina Cohen-Chang)

Repertorio:

1. Don´t stop believin'
2. Sing
3. I´m slave 4 u
4. Fat Bottomed girls
5. I want to hold your hand
6. Ain´t no way
7. P.Y.T (Pretty young thing)
8. Born this way
9. Firework
10. Teenage Dream
11. Silly Love Songs
12 Raise your glass
13. Happy days are here again/get happy
14. Lucky
15. River Deep, mountain high
16. Forget you
17. Don´t rain on my parade
18. Jessie´s girl
19. Valerie
20. Loser like me
21. Safety dance
22. Somebody to love.

El tracklist no era ninguna sorpresa, puesto que estaba publicado en internet desde que comenzó la gira en USA. Sorprendieron con un escenario entre el público, al fondo, desde donde Lea Michele y Chris Colfer hicieron uno de los números, o los Wharblers, hicieron los suyos. También lo pisó Mercedes, o Tina, o Puck... Pudimos ver a Puck y a Blaine cantar y andar entre el público, yendo de un escenario hasta el principal. Durante la actuación de Lea Michele cantando Fireworks pudimos ver fuegos artificiales como los que describe Katy Perry, y cuando Corey cantó su Jessie´s girl se multiplicó y agigantó en el escenario. También hubo un momento McKinley, cuando simularon estar en una de sus clases, fue entonces cuando Sam y Quinn cantaron su canción de Lucky y Finn se subió a la batería. El cambio de vestuario para cantar Born this way no pasó desapercibido, todos con las camisetas blancas cuyo mensaje les definía. Yo pensé en el lema que aparecería en la mía, aunque podrían ser varios, hay tantas cosas que me definen...Ver a Heather bailar como lo hacía en sus conciertos con la gran Beyoncé o a Harry casi partirse en dos mientras bailaba Valerie, hizo al público ponerse en pie una y otra vez, hasta dejar las sillas a su libre albedrío. Creo que sólo las usé para apoyar el programa o el bolso, desde luego no pude estar sentada un solo minuto. Hice fotos, vídeos, grabé temas en la grabadora del móvil... y me llevé en la retina tanto de aquel concierto, que no puedo desparramarlo aquí. Ojalá. Algunos dicen que son chiquillos, que cantan para chiquillos. Yo hace tiempo que paso de los comentarios de todo el mundo referente a cualquier cosa. Sólo puedo decir que disfruté mucho del concierto y que si el año que viene hay gira, volveré a verlos.
Entre mis sueños musicales, estaba el poder ver un día en concierto a Madonna. Y lo cumplí, dos veces, en Roma y en Sevilla. Otro de mis sueños es ver a Abba, (está difícil, pero aún no lo descarto). Ver a Roxette (lo hice en Madrid en 2001 y volveré a verlos en noviembre de 2011 también en Madrid), me quedan Celine Dion y Barbra Streissand, entre muchos otros y pensé que no vería nunca a Lea Michele, pero lo hice, la vi, allí en el escenario del O2 Arena, en Londres, y fue grande, especial, único. Escuchar a Lea en directo es un sueño cumplido. Ojalá se repita. Si puedo, ya os contaré, trataré de cumplir otro en octubre, ver a la gran Idina Menzel, (La Elphaba original de Wicked), en el Royal Albert Hall de Londres, (como spoiler de Glee os diré que aparecerá en varios capítulos de la tercera temporada).

Cuando terminó el concierto nos quedamos allí sentadas un rato, saboreando aún los instantes vividos, terminando de grabarlos en la memoria, viendo al público salir. Vagamos por el O2 durante un par de horas más, de un puesto de merchandising a otro, de visita en el karaoke, de cháchara con uno de los guardas de la entrada a los camerinos de los chicos, en una cafetería tomando dulces y capuchinos...

Dimos por terminado el sueño cuando nos pusimos en la muñeca los relojes Gleek que acabábamos de adquirir. Volvimos al metro de North Greenwich y nos dirigimos a las Tower Bridge con nuestras camisetas de Glee, el programa, el backstage, los relojes.... Nos sentamos en un banco, mirando a las Tower Bridge. No eran más de las cinco y pico. El Támesis discurría tranquilo, casi transparente. El sol seguía sonriente. Feliz. Nos hicimos unas fotos, llamamos a casa, comentamos el concierto y disfrutamos de las vistas hasta que decidimos coger el autobús 15 en The Tower para irnos al centro. El 15 hace un recorrido más que turístico. Pasamos por Saint Paul y regresamos a Strand, y a la zona de Picadilly, Leicester, etc. Compras de nuevo. Tiendas. Paseos. Más compras. Confundirnos en las calles, en la medida de lo posible, con los londinenses, ejercer de turistas cuando posamos para las fotos, emocionarnos nuevamente con un cartel de Wicked, observar como un jubilado las obras de Leicester. Londres se prepara para el 2012. Y en el 2012, nosotras, volveremos, si no lo hacemos antes, claro. Yo nunca me despido de Londres, nunca digo adiós, igual que nunca digo adiós a un amigo querido, con ellos, como con Londres, siempre es Hasta luego o Hasta pronto. Que así sea.

I.M.G.(Gleek)

jueves, 28 de julio de 2011

Puntoyseguido en facebook


Ya podeis seguir al grupo Puntoyseguido en facebook:

Puntoyseguido_escritores

Como ya sabeis, y si no, os lo recuerdo, formo parte de este grupo creado en 2007 por 7 compañeros de un taller literario. Nuestro nombre es puntoyseguido y hasta el momento hemos publicado un libro: álbum de familia.

Os remito a las entradas sobre puntoyseguido en este mismo blog, donde podréis saber más del grupo o de sus componentes, (Pedro Rojano, Andrea Vinci, Miguel Núñez, Mauricio Ciruelos, Loli Pérez, Inmaculada Reina e Isabel Merino).

Asimismo os remito a la entrada dedicada a nuestro primer libro de relatos, "álbum de familia", por si os interesa saber algo más sobre él. (Si queréis leerlo o descargarlo, podéis encontrarlo, como os cuento en otra entrada anterior, en el blog Retokes, de Mauricio Ciruelos).

Si estáis interesados en obtener un ejemplar de "álbum de familia", podéis pedirlo en la página web de la librería Proteo y Prometeo de Málaga, o podeis pedirlo al correo del grupo, donde podéis escribirnos, comentarnos, sugerirnos, o encontrarnos siempre que queráis:

puntoyseguido_escritores@hotmail.com

Desde puntoyseguido queremos comunicaros que la página web del grupo sigue en construcción, pero pronto estará viable. Mientras tanto, todas la noticias referentes a nuestra nueva publicación, se harán a través de la red social Facebook, donde estaremos encantados de aceptaros como amigos.

"Cuando vivíamos aquí" es el nuevo trabajo de puntoyseguido, que verá la luz en septiembre. En breves días comunicaremos la fecha y el lugar de su presentación, en Málaga, y desvelaremos algunos detalles del mismo. Sin duda es un gran proyecto, que esperamos tenga al menos la misma aceptación que su predecesor.

Gracias a todos por vuestro interés.

puntoyseguido


I.M.G.

jueves, 21 de julio de 2011

NUNCA ME ABANDONES

Dar vueltas por la librería de FNAC buscando una novela distinta, que me envuelva y que no trate sobre la búsqueda de tablillas perdidas, ni aparezcan vampiros, hombres lobo o personajes clásicos convertidos en zombis, es algo que empieza a convertirse en costumbre. Una vez que los esquivo, me encuentro con aquellos de trama conspiratoria de algún grupo extremista, les siguen de cerca los que tratan sobre libros perdidos, bibliotecas oscuras, sectas satánicas, o amores que se prometen fidelidad enganchando candados en rejas o puentes. Decantarse por un clásico es lo más fácil. Esos no fallan nunca. Tampoco mis escritores predilectos, pero...



Buscaba algo distinto.



No fue fácil.



Me iba con las manos vacías, (y no me gusta hacerlo cuando entro en una librería), cuando me encontré con Kazuo Ishiguro y su libro Nunca me abandones, (Never let me go). Editorial Anagrama. La portada la conocía por el cine. Fue aquella una película que quise ver en la gran pantalla pero que apenas duró un par de semanas en las salas. Me gustaban los actores. (Keira Knightley, Carey Mulligan Andrew Garfield, Charlotte Rampling). Me gustaba el título. Me leí la contraportada. Es lo primero que hago cuando un título me atrapa. Esta vez hubo coincidencia entre portada, (Autor, título, fotografía, editorial) y contraportada (sinopsis y breves críticas de entendidos), por lo que el libro se vino conmigo. Y es aquí donde empieza la aventura de contaros lo que Nunca me abandones, (Never leet me go), ha dejado en mí.


Un libro siempre deja algo en nosotros.


Coincido con aquellas personas que han catalogado el libro como delicadamente atroz. No es exagerado definirlo así. Es una novela inquietante, y a la vez hermosa. Y no encuentro mejor manera de introducirlo que las palabras que ha escogido el profesor de secundaria Eduardo-Martín Larequi García:


Un libro bellísimo, a la vez que perturbador, porque bajo la delicada y sutil superficie de su relato, bajo la amable apariencia de un estilo reposado, incluso lánguido, discurre una historia desasosegante y atroz, ante la cual ningún lector puede mostrarse indiferente.


Un libro intenso, diferente, de esos que duelen cuando terminan y dejan en la memoria una huella que no desaparece, cuando la historia se precipita a su fin.


Los protagonistas de la historia, Kathy, Ruth y Tommy, se crían en Hailsham, un colegio inglés privado, situado en el campo de alguna región del Reino Unido. Sin embargo este no es un colegio como el resto, ni sus alumnos son como cualquier alumno de cualquier colegio. Los profesores, a pesar de ser amables en ocasiones, fríos o distantes en otras, parecen tener cierto temor hacia ellos. Los educan potenciando su creatividad artística y les preparan para un futuro diferente y poco definido. "Sois especiales". Pero ¿por qué?, se preguntan algunos. Con el transcurrir de la novela se nos irán desvelando algunas singularidades de sus vidas: no tienen padres, ni familia, son estériles y no vivirán más allá de la edad adulta. Una profesora, atormentada por el destino de sus discípulos y la escasa información que reciben sobre cuál será su destino, les revela la espantosa verdad: que todos ellos son clones destinados a la donación de órganos de quienes los requieran.





Nunca me abandones no es una novela de ciencia ficción, aunque la temática así pueda parecerlo, también posee rasgos característicos del géneros de las distopías. Este mundo retratado en el libro de Ishiguro no es futurista, no hay referencias científicas o tecnológicas, no se explica cómo es posible la conación, ni quién la organiza, etc. Tras acabar la novela seguiremos sin saber a ciencia cierta las razones que motivaron la clonación de seres humanos ni cómo fue posible su aceptación social. (Está situada en la Inglaterra de finales de la década de 1990).


Esta novela ciñe su alcance al mundo limitado e íntimo de sus protagonistas, a quienes seguimos durante toda la novela, (desde su infancia hasta el final de sus días, una vez que han cumplido su objetivo de vida, donar sus órganos), con una individualidad muy precisa, con anhelos, sufrimientos, esperanzas y sentimientos perfectamente reconocibles.


El aspecto fatalista de la novela es uno de los que mayor impacto provocan en el lector. Lo más terrible de Nunca me abandones, no es la crudeza del fin que aguarda a estos jóvenes brillantes y llenos de pasión, si no la estoica aceptación con que lo afrontan. Ni Kathy, ni Ruth, ni Tommy llegan a plantearse en ningún momento la rebeldía frontal contra su suerte.


Sin duda es una gran novela de personajes, no sólo un relato alegórico, con tres protagonistas admirablemente retratados, que trazan con sus cambiantes relaciones un triángulo fascinante, tal y como lo define Eduardo-Martín. Todos ellos y los personajes secundarios están captados con mano maestra. Y parafraseando de nuevo a Eduardo-Martín, decir que al ver a los personajes moverse por entre las páginas de la novela, guiados por el obsesivo fluir entre pasado y presente de los recuerdos de Kathy, resulta invevitable pensar en el arte para la caracterización de mi admirado Henry James, así como en el de otros grandes maestros de la narrativa del siglo XIX, a los que tanto debe la obra novelística de Kazuo Ishiguro.


Apoyada en la perspectiva narrativa de Kathy, esta novela habla también de la recuperación imposible de la infancia y la juventud. La narradora reconstruye el pasado, justifica el presente en virtud de lo que fue el pasado, y al hacerlo otorga un cierto sentido a su propia existencia. La mirada de Kathy es elegíaca, teñida de aguda melancolía y de un hondo sentimiento de pérdida. No hay detalles vacíos, no hay sucesos inanes, todo acontecimiento tiene su por qué, así sabremos el por qué del título de la obra, en uno de los pasajes, oyendo una cinta de casette.


También estoy de acuerdo con el profesor Eduardo-Martín en que es difícil imaginar un final más desolador pero al mismo tiempo más hermoso. Cuando cerré el libro, me quedé con un amargo sabor. También entendí la lección, la fábula moral: la estoica aceptación del doloroso deber que les aguarda.


Sin duda me quedó una sensación de haber leido auténtica literatura. Justo lo buscaba cuando paseaba por los pasillos de FNAC. Un libro, que sin duda, por su sencillez en la prosa, por su desparrame de sentimientos, por todo lo que propone sin proponerlo, me encandiló de principio a fin y se ha colado en mi estantería de Favoritos. Ya me contaréis si se cuela también en la vuestra. A mí, sin duda, me ha dejado marcada. Me ha dejado huella. Y eso es lo que hoy día, le pido a un libro.



Nunca me abandones, en el cine:


No pude evitar ver la película, dirigida por Mark Romanek, una vez que asumí el final, y pasados unos días, de relectura de algunos pasajes. Decir que me decepcionó puede resultar exagerado. Hay partes buenas. Los personajes están bien construidos. La fotografía es genial, exquisita, (gracias a Adam Kimmel). Hailsham es Hailsham, un edificio tal vez de estilo Tudor, enmedio de la campiña inglesa. Hasta las profesoras son probablemente tal cual las describe Ishiguro, y las Cottage, el lugar al que los adolescentes van una vez alcanzada la mayoría de edad y la graduación en Hailsham. Todos los lugares de la película, se corresponden con los del libro, todas las caracterizaciones. Todo. Sin embargo... y aquí está el pero, resulta lenta, algo fría, poco explicativa, (le hubiera faltado más cinta, más minutos, tal vez una hora más, que quizá la habría hecho insoportable, y por eso la premura), y solamente hice míos los sentimientos de los personajes porque ya los conocía del libro, porque los viví en el libro, porque sufrí con ellos en el libro. El desarrollo es monótono y a veces aburrido.


Fantástica la actuación Darey Mulligan. Fantástica Keira Knightley en las escenas dramáticas, sobre todo la del quirófano. Y fantásticos los tres niños que encarnan a los personajes en su infancia: Isobel Meikle-Small, Ella Purnell y Charlie Rowe.


Cuando terminó la película lloraba a moco tendido, por ellos, por mí, por todo. Pero no sé si fue porque ahí se acababa mi historia con Nunca me abandones o por la suerte que corrieron los personajes, que no podía ser otra, o porque Ishiguro lo hizo tan bien, que aún viendo una película pobre en algunos detalles y rica en los importantes, se queda corta al lado de la maestría del libro.


Una propuesta de lento discurrir y contenido desaprovechado que demuestra que una idea interesante, una notable realización y unas sólidas interpretaciones no bastan para confeccionar una buena película. (Su devenir en la cartelera norteamericana fue desastroso).



I.M.G






























martes, 19 de julio de 2011

Premio entre bloguer@s

A principios de este mes, Lady Jane, del blog Más allá del amor, me otorgó un premio en su blog. Y este premio venía precedido de una serie de reglas:

1. Agradecer el premio en tu blog.
2. Compartir 7 datos sobre mí.
3. Pasar mi premio a 15 de mis blogs favoritos.

Bien, pues las reglas son las reglas. Empecemos:

1. Querida Lady Jane, (tu apodo bloguero me hace escribirte como si de una dama del siglo XVIII o XIX se tratara), agradezco sinceramente tus cordiales palabras para conmigo y con mi humilde hogar virtual en Chawton St. y tengo a bien, recibir este premio, con todo lo que ello pueda implicar. Tuya afectuosa. I.M.G.

2. Siete datos:

2.1. Soy una errata de ciencias. (Me dedico a los números, he estudiado números, tengo la cabeza llena de números, vivo de los números... pero mi corazón es de letras y lo compone un alfabeto entero).
2.2 Adoro a los animales, sobre todo a los perros. (Tengo perro en casa desde que tenía 10 años. Primero fue J. Luego fue T. y ahora es una perrita llamada C. )
2.3 Soy fan de Mecano y Ana Torroja. (Esto ha quedado claro en varias entradas, pero es una de las formas en que suelo presentarme. Hola soy Isa, de Málaga, bla, bla, bla y soy fan de Mecano y Ana Torroja).
2.4 Soy Géminis, comunicador del zodiaco, y por tanto hablo mucho, bastante dirían algunas amigas. No puedo parar. A veces sí, pero pocas. Sólo si me corto. Soy tímida, aunque lo disfrace de extroversión.
2.5 Pertenezco al grupo literario puntoyseguido de Málaga, y con ellos he participado en los libros "álbum de familia" y "Cuando vivíamos aquí", este último, (y con esto doy una primicia), se presentará y saldrá a la venta en septiembre y sé que os va a encantar a todos. EStoy completamente segura. Ya os contaré. O ya me contaréis.
2.6 Soy una lectora voraz, aunque podría serlo más si tuviera más tiempo libre. Entre mis escritores favoritos se encuentran Jane Austen, Charlotte Brontë, Ian McEwan, Alessandro Baricco, Andrés Neuman, Juan Bonilla, Margarett Mitchell, Virginia Woolf, etc etc, podría seguir hasta el infinito y más allá. Entre mis grandes amores siempre está hay algún libro o alguna película.
2.7 Me sé el guión completo, frase por frase de principio a fin, de la película Grease, que habré visto unas doscientas veces, si las contamos desde 1981, año en que la vi por primera vez, hasta la fecha. Podría empezar ahora mismo: Hoy nace un nuevo día y V.F.T. nos ofrece con alegría música, música, música, estudiantes a formar, arriba todos de un brinco, se inicia el curso escolar y hay que estudiar con ahínco. Despertad chicas y chicos, que ya empiezan a sonar tus discos favoritos.... :-)

3. Enumerar 15 blogs me resulta complicado, pero premiaré a los que más sigo, por orden de sus actualizaciones a día de hoy:

1. Microrréplicas de Andrés Neuman.
2. El jardín de Maricari.
3. Cafeteando con Loli.
4. Las crónicas de Pedro Rojano.
5. Tomando te con Jane Austen.
6. Jane Austen Sequels.
7. Glee Fan Love
8. Quisiera ser Amanda.
9. Guardiana de libros.
10. Montesdetoledo.
11. El síndrome Chejov.
12. Diseños by Elyely
13. Más allá del amor.
14. Los apuntes del viajero.
15. Mil palabras

No querría dejar fuera a Tracycorrecaminos, a Carmen y amigos, etc etc... así que desde aquí, yo os premio a tod@s. Por eso os sigo. Porque tengo una casa en cada uno de vuestros blogs vecinos y me gusta ir a visitaros siempre que puedo.



I.M.G.

jueves, 14 de julio de 2011

Cruz de Navajas (Versión extendida - VI- última parte)



Esta actuación pertenece al concierto que dio Mecano en Barcelona en 1991. (Cruz de Navajas)


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Diego llegó pasada la media noche. María lo esperaba en el balcón, con medio cuerpo asomado, como si quisiera lanzarse al vacío. Tal vez pensó eso mientras se balanceaba nerviosamente, el medio cuerpo apoyado en la barandilla. Lanzarse al vacío.


El ruido de la moto la sobresaltó. Se empinó un poco más. Diego se quitó el casco sin bajarse de la moto. Se peinó con los dedos el pelo revuelto. Hacia atrás. Sin preocuparse del remolino que le dejó un mechón suelto sobre la frente. Sonrió a la calle vacía antes de acercarse al portal. Dentro, en la casa, sonó el portero electrónico. María gritó un ¡ya voy! desde el balcón, que se debió oir en la calle. Se tapó la boca con las dos manos y esbozó una sonrisa. Cuando se quitó las manos de la cara, aún sonreía. Caminó despacio hasta la entrada. En su camino del balcón a la entradita sólo se había detenido en la puerta del dormitorio. Observó la cama vacía. Deshecha. Mario se había ido hacía rato. ¡Ay, Mario! No era este el cumpleaños que había planeado, pero las cosas no son siempre como uno las imagina cuando la realidad las alcanza.


- ¡Sube! -dijo a la vez que apretaba el botón del telefonillo.


Lo recibió con un beso y él le regaló una flor que traía escondida en la espalda. Una rosa roja. (Tópico de todo romance recién iniciado). Ella buscó una dedicatoria, pero no la había. Esperaba una frase del tipo Antes de conocerte mi vida era como una noche sin luna.


- ¿Qué? -preguntó Diego- ¿No te gusta?

- Sí, me encantan las rosas. Buscaba... la dedicatoria.

- No soy bueno escribiendo, pero puedo recitarte algo -dijo cerrando la puerta tras de sí- Es por culpa de una hembra que me estoy volviendo loco...



Nunca había hecho el amor con alguien que no fuera Mario. Fue extraño y excitante. No conocía aquella manera salvaje de gozar en la cama. Se excitó recordándolo. Diego empezó otra vez. Ella se volvió a dejar. Se quedaron dormidos de madrugada. Cuando sonó el despertador María extendió el brazo hacia el lado de Mario, donde cada mañana tocaba su parte de la cama vacía. Diego seguía allí.


- ¡Tienes que marcharte! ¡Mario está al llegar! ¡Mira la hora que es! ¡Vístete, Diego, por favor! -María gritaba una frase tras otra mientras Diego estiraba los brazos y le sonreía.

- Tranquila, amor -contestó acariciándole la mejilla.

María se apartó bruscamente, se levantó de la cama y retiró las sábanas.

- ¡Por favor! -suplicó- Mario es capaz de matarte si te encuentra aquí.

- ¿Sería capaz?

- ¡Sí! ¡No!... ¡No lo sé, Diego!

- No voy a compartirte ni con él ni con nadie, María.

- Es mi marido.

- Tendrás que elegir.

- Está al llegar, Diego. Por favor -suplicó de nuevo.

- Tendrás que bajar conmigo. La navaja está en el maletero de la moto. Olvidé subirla.


María había olvidado el regalo de Mario por completo. Asintió. Se vistió deprisa. Diego lo hizo sin premura. Ella lo observó. Cuando al fin estuvo vestido se acercó a él y lo abrazó.


- Te elijo a ti, pero déjame hacerlo a mi manera.

- Te haré feliz, María. Nos iremos de aquí.

- A la costa. ¿Me llevarás a la costa? Siempre quise vivir junto al mar. Dejar Madrid.

- Iremos a Málaga, tengo familia allí.

- Málaga. Me gusta. Suena bien. Málaga.

- Málaga.


Salieron a la calle haciéndose arrumacos. La moto de Diego estaba estacionada junto a la única farola que iluminaba la calle sin salida. La luz guiñaba, a punto de apagarse. Diego aprovechó las sombras para besar a María de nuevo. Abrió el maletero de la moto, donde guardaba el casco, y sacó la navaja, escondida en un lateral del mismo.


- Tiene usted buen gusto, Srta. De veras es una navaja preciosa -le dijo jugueteando con ella en la mano.

- No la escogí yo. Mario las colecciona. Es un entusiasta de las navajas.


Una sombra se coló a lo lejos, al principio de la calle. La pareja volvía a besarse y la sombra se hacía hombre al primer claro de luz. Mario buscaba sus llaves en el bolsillo del pantalón. El tintineo de los cascabales de su llavero resonó en la calle vacía, pero la pareja sólo oía sus propios quejidos de amor, no se resignaba a separarse. Mario resopló, al final de la calle, junto a su portal, otra pareja comiéndose a besos, ya era la tercera o la cuarta que se encontraba en el camino desde el 33 a su casa.


- ¡Eh, pareja, para el calentón a casita, que no son horas! -les dijo con las llaves en la mano, antes de entrar al portal.


Diego se separó de María para gritarle al extraño que se metiera en sus asuntos. La luz del farol guiñó de nuevo e iluminó el callejón. Mario distinguió la cara de María antes de que ella tratara de esconderla con sus manos.


Fue muy rápido.


María apenas lo recuerda, pero sí la rapidez de los acontecimientos. Sí, los gritos. Sí, la sangre. Sí, aquella mirada que bien podría haber sido de odio, o de rabia, o de incredulidad, o de desilusión, o de amor, o de despedida, no estaba segura, cada vez que lo recordaba era diferente.


La navaja, (modelo SPYDERCO C109SLP, fabricada en Toledo), le partió el corazón en dos.

Eso dijo el forense.


- ¡Corre Diego! ¡Vete! -gritó cuando Mario cayó muerto al suelo.


Le cerró los ojos y pidió auxilio. Acunó el cuerpo inerte antes de que se lo llevaran.



En la prensa, una breve nota, que colgaron en el tablón del 33: Dos drogadictos en plena ansiedad, roban y matan a Mario Postigo, mientras su esposa es testigo desde el portal.



FIN.




I.M.G.


Relato dedicado en su totalidad, (6 partes), a: Javi (Burgos), Jaime PSF, Javier Adrados, Sonia Vellón, y especialmente a los miembros de Mecano (Ana Torroja, Nacho Cano y Jose María Cano)


Nota: Última parte del relato escrito por Isabel Merino en 2009, basado en la canción Cruz de Navajas de Mecano, escrita por Jose María Cano, y que forma parte del LP "Entre el cielo y el suelo". 1986.







jueves, 7 de julio de 2011

Gracias a la vida (LUZ CASAL)

El sábado 02 de Julio tuve la inmensa fortuna de asistir nuevamente a un concierto de mi admirada LUZ CASAL, esta vez de su gira LA PASIÓN, en el teatro Cervantes de Málaga. Siempre he dicho, y lo mantengo, y mantendré, que al menos una vez en la vida, hay que ver a LUZ en concierto, seas o no seguidor de su música. Yo he tenido y tengo la gran suerte de haberla visto varias veces, todas en Málaga. La primera vez fue hace más de veinte años, y me impactó tanto, que jamás he olvidado ese día. He podido sumar recuerdos a aquella primera vez, y ahora, después de este último sábado, me emociona ver que la mujer en que me he convertido, sigue admirando aún con mayor énfasis y entrega a esta gallega, de lo que lo hacía aquella chiquilla que yo era ayer.


El concierto empezó a las ocho en punto y terminó sobre las once. No hice un recuento de las canciones, pero debieron llegar a la treintena.
Sobre el escenario catorce músicos: piano y teclados, batería, percusión, guitarras, violines, violas, contrabajo, violoncello, trompeta, saxo, etc. Un foco iluminaba el centro del escenario, como una Luna llena. Y con los primeros acordes, apareció ella. El teatro rompió en aplausos nada más verla aparecer. Luz vestía de rojo, un vestido largo, con volantes, (no de tipo folklórico, si no más bien de noche, y de cantante de boleros excepcionales), sobre los hombros un chal negro. La pasión. Así empezó la noche, con varios boleros, (homenajes), de su último disco. Tras los boleros llegaron algunos de sus éxitos más aplaudidos, como Por ti, Tal para cual, Besaré el suelo, o Entre mis recuerdos, que la dedicó al artista fallecido de Tabletom. Hubo un recuerdo emotivo para el concierto del 25/05/2008 en La Malagueta, donde una servidora estuvo en primerísima fila. Aquel fue un concierto muy especial, que ni ella, ni los que estuvimos allí, hemos podido o podremos olvidar. Desde aquí un guiño a La Mari de Chambao y a Diana Navarro, ellas saben por qué.


Cuando comenzó su parte rockera, hubo cambio de vestuario, pantalones negros de cuero, camisa ancha tirando a cobre. Entonces sonó la LUZ rockera, la LUZ que conocí en los ochenta. El teatro entero rompía en aplausos con cada canción, con cada suspiro, con cada palabra recitada. Un ejemplo de mujer valiente, mujer luchadora, mujer coraje, mujer alegría, mujer expectante, mujer entregada, mujer cantante, de habla dulce, de acento gallego-malagueño, porque como ella dice, ¿vas mucho por Málaga, no? Pos claro.


El concierto terminó o debió terminar a las nueve y media, pero cuando a un malagueño le gusta algo, o admira tanto a alguien, no hay quien lo haga mover de su sitio. Y allí nos quedamos, plantados esperando más. Y LUZ tenía más, mucho más para darnos. Otro cambio de ropa, esta vez sólo de blusa, otra roja pasión, ancha, y una felpa con una flor del mismo color, para regalarnos su Piensa en mí, (aquella canción a la que llamaron locura en 1991 y que no ha dejado de cantar en un solo recital desde entonces). Siguieron varias canciones más. Hubo un momento en que después de presentar a los músicos, después de despedirse todos, tuvo que volver a salir, riéndose y diciendo, a ver, no podemos estar aquí 8 horas. Alguien respondió: Que mañana es domingo!!! Y entonces, el espectáculo continuó. Nos preguntó que queríamos que cantara y por petición popular hizo Negra Sombra. Impresionante. Todo lo que pueda decir con palabras, se queda absolutamente corto. Qué pasión....


El concierto terminó, sobre las once de la noche, con Un año de amor, y aunque no nos queríamos ir ninguno, tuvimos que aceptar que la noche se acababa ahí, o al menos, el concierto.


En mis oídos aún sonaban las últimas canciones: Plantado en mi cabeza, Tal para cual, Un pedazo de cielo, Es mejor que te vayas, Te dejé marchar, No me importa nada, Loca, A cada paso....


Salí feliz, cargada de energía y de agradecimiento, cada momento que pasé sentada en mi butaca pensaba, qué felicidad... y cuando pude pasar al backstage, mientras ella me firmaba su biografía autorizada, yo le daba gracias por ello, por todos los conciertos que he disfrutado con ella, por todas sus canciones, por ser como es, y regalarme su ejemplo. Por su valentía. Ella sonreía, (salimos felices en la foto), y me despedí con un gracias y hasta siempre. Ya estoy esperando volver a verla de nuevo, sea donde sea...

Os dejo una canción que ella la definió como autobiográfica porque decía exactamente lo que ella sentía. Mientras la oía, fue como si esas palabras me llegaran por primera vez al alma y sentí que esa canción era también mía y que también hablaba de lo que yo sentía. Os dejo la letra, por si también la sentís vuestra.


(Hasta siempre LUZ: éxitos, suerte, amor y sobre todo salud, MUCHA SALUD. Vuelve pronto a Málaga).



GRACIAS A LA VIDA


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me dio dos luceros que, cuando los abro,


perfecto distingo lo negro del blanco,


y en el alto cielo su fondo estrellado


y en las multitudes el hombre que yo amo.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me ha dado el oído que, en todo su ancho,


graba noche y día grillos y canarios;


martillos, turbinas, ladridos, chubascos,


y la voz tan tierna de mi bien amado.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me ha dado el sonido y el abecedario,


con él las palabras que pienso y declaro:


madre, amigo, hermano, y luz alumbrando


la ruta del alma del que estoy amando.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me ha dado la marcha de mis pies cansados;


con ellos anduve ciudades y charcos,


playas y desiertos, montañas y llanos,


y la casa tuya, tu calle y tu patio.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me dio el corazón que agita su marco


cuando miro el fruto del cerebro humano;


cuando miro el bueno tan lejos del malo,


cuando miro el fondo de tus ojos claros.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.


Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.


Así yo distingo dicha de quebranto,


los dos materiales que forman mi canto,


y el canto de ustedes que es el mismo canto


y el canto de todos, que es mi propio canto.


Gracias a la vida que me ha dado tanto.




I.M.G

(Gracias a la vida

que me ha dado

y me da

TANTO)







domingo, 3 de julio de 2011

Londres (24-27 de Junio) 2ª parte - (Musicales)

Soy aficionada a los musicales, ya lo he dicho, y soy fan del musical Wicked, también lo he contado, pero no he contado, probablemente, que el sábado, antes de ir al centro de exposiciones Proud Chelse, en King´s Road, a ver la exposición de fotos de Audrey Hepburn, volví, como hago cada vez que vuelvo a Londres, al teatro Apollo Victoria. Era mediodía, no había función aún, ni había llegado nadie, sólo las taquillas abiertas y cómo no, la tienda de merchandising. Es cierto que tengo todo lo habido y por haber de este musical, pero siempre queda algo, siempre hay algo nuevo, por eso vuelvo. Tuve la suerte de ver el musical interpretado por la gran Kerry Ellis, (teneis que oir versión rockera de Defying Gravity y de su I´m not that girl, con el guitarrista de Queen... una absoluta pasada). La última vez que estuve en este teatro fue cuando estuve en la celebración de su 80 aniversario, hace apenas unos meses y pude disfrutar de la actuación de varios musicales condensados en un gran musical especial, con todos los grandes sobre el escenario y a la salida... el gran Oliver Tompsett, (mi Fiyero de Wicked del 2009), se prestó a hacerse unas fotos con nosotras. ¡Dios, qué emoción! Es guapísimo, altísimo, simpatiquísimo y todo lo acabado en ísimo que os podais imaginar, y todo bueno, claro. Esta vez no andaba por allí.


Dejo el musical de Wicked, (insisto en que debeis oir su B.S.O. porque es la mejor, a mi parecer, de todas las bandas sonoras de musicales. Qué grande Idina Menzel y qué grande Christine Chenoweth, (a las que pudeis ver en la primera temporada de Glee, como artistas invitadas, y a Christine también en la segunda, si sois seguidores de la serie). A lo que vamos, me quedé en el musical de Ghost. Así que sigo donde lo dejé:



Cuando la película Ghost se estrenó, en los noventa, fui a verla al cine con unas amigas. Creo que fui la única a la que le encantó la película. Me consta que la historia gustó a todas, pero el final... para unas románticas como éramos las chiquillas de entonces, pues nos dejó algo frías, aunque así es la realidad cuando estas cosas ocurren, ¿cierto? Fría como un témpano de hielo, si se me permite la manida expresión. Patrick Swayze, (D.E.P.), Demi Moore y Whoopy Goldberg hicieron un trabajo magnífico e hicieron de esta película, un clásico que aún hoy nos sigue emocionando, (al menos a mí, que aún se me ponene los vellos de punta cuando Sam le dice a Molly: No sabes cuánto amor me llevo...).



El caso es que el año pasado, antes aún de saber que Matthew Fox, (Jack, mi gran amor de LOST, que aún anda en carteles londinenses repartidos por toda la ciudad), interpretaría un papel en un teatro del West End durante 3 meses, supimos que Ghost sería llevada al teatro en formato musical. Ya entonces supe que iría a Londres a verlo. Seguí un poco los castings y Oliver Tompsett (mi Fiyero), tenía todos los papeles de obtener el papel protagonista, sin embargo finalmente se lo llevó Richard Fleeshman, quien trabajó con Elton John siendo muy jovencito y al que ya pude ver interpretando el papel de Warren en Legally Blonde. Si quereis saber más del musical, os dejo la página web: http://www.ghostthemusical.com/. El caso es que el viernes 24 fue el estreno y el sábado 25, el primer sábado de estreno, y por lo tanto el sábado más importante para el musical, y allí estábamos nosotras, (gracias a la chica inglesa que ceceaba), y todos los que también tuvieron la suerte de conseguir entradas para este día.



No se permiten hacer fotos ni grabar videos en los musicales, por lo que no puedo dejar aquí ninguna muestra de lo que disfruté aquellas horas en el teatro Picadilly, donde el año pasado vi Grease. Me pareció una puesta en escena fantástica. Unas actuaciones excepcionales. Un decorado increíble y unos efectos especiales fabulosos. No sé si usar grados superlativos para todo, porque es lo que me sale al recordarlo. La canciones del musical están compuestas por Dave Stewart de Eurythmics y he de decir que ha compuesto una gran banda sonora, que aún no está a la venta, pero que estará disponible en apenas un mes. Os la recomiendo absolutamente, tanto como venir al teatro a ver el musical, que sigue fielmente el guión de la película original. Del merchandising me traje una camiseta en la que podía leerse la palabra Ditto (Idem).


Me gusta saludar a los actores cuando termino de ver una obra de teatro o un musical, y a los músicos, si acudo a un concierto, por lo que nos acercamos al backstage a darle la enhorabuena a los actores. Saludamos a Andrew Langtree, en primer lugar, que hace el papel del traicionero amigo y malvado Carl. Andrew trabajó antes en Mamma Mía. Es más bajito de lo que parece en escena. ES un actor fantástico, al que no había tenido ocasión de conocer antes. Después saludamos a la famosa Sharon D. Clarke, que también actuó en el musical Hairspray (muy recomendable y divertido, aunque ya no lo están dando en Londres). Richard Fleeshman no se hizo esperar demasiado. Salió con su enorme sonrisa blanca y sus músculos al aire, con una minúscula camiseta y un corte de pelo que le favorecía más que el que lucía en Legally Blonde. Estuvo simpatiquísimo y muy cariñoso. ES un dulce de chico. La última en salir fue Caissie Levy, que también trabajó en Wicked y en Hairspray. Una chica dulcísima con una voz espectacular. El papel protagónico de Molly le quedaba con un guante. Me convenció absolutamente de que las comparaciones son odiosas y que no era comparable a Demi, si no, que una fue la reina de la pantalla en su película, y ella en su teatro. Encantadores todos. Un aplauso, por favor.



La noche de sábado londinense hay que vivirla en los alrededores de Picadilly, Shafestbury, Leicester Sq, Soho, etc. Ahí es donde se concentra una gran masa de viandantes, de gente que espera para entrar en locales nocturnos, de turistas, y de gente que va de marcha pero hace una primera parada por allí, también estamos todos los que salimos de los musicales del West End. Para un turista, quiera ejercer de ello o no cuando estoy fuera de España, lo soy, ver desfilar la moda autóctona londinense es para sentarse en una esquina y no parar de hacer fotos y hacer un catálogo de moda hortera para guardar y visionar, por si algún día llegara a España, decir ellos lo fueron primero y que nosotros simplemente nos dejamos llevar, como ocurre con la globalización, que todos se dejan llevar y al final todos son iguales. Algo parecido. Aquí ocurre como en el teatro, no hice fotos, todo lo guardé en mis pupilas, en mis retinas, y en todo el globo ocular, si se me permite la exageración. Sin duda, aún no estamos preparados en este país para que este tipo de moda nos pase desapercibido o la tomemos como algo normal. NO es por ser criticona, ni lengüetona, pero... mi boca parecía la del cangrejo Sebastián en la Sirenita, como si mi mandíbula se descolgara con cada modelito que aparecía delante de mí. El centro de Londres era una auténtica pasarela de moda hortera nocturna, pero por otra parte, mi admiración para con ella, pues a nadie le importa lo que piensa nadie y todo el mundo va a su bola. Y ese tipo de libertad, que de algún modo lo es, sin duda es de admirar.



Como no soy asidua a locales nocturnos, ni a discotecas, ni iba vestida para la ocasión, (aunque según lo que acabo de contaros, podría pasar hasta desapercibida con mi pinta de excursionista en una discoteca de moda), según mi criterio malagueño, pues nos dedicamos a "tiendear". Hasta las doce de la noche, puedes hacerlo sin problema, en el centro. No os perdais HMV, (que tiene salida a Trocadero), si os gusta la música y el cine, suele haber ofertas increíbles. Yo peco siempre. Y cómo no, los paseos, los paseos por Londres, de día o de noche... qué delicia... cuántos personajes para libros, cuántos relatos se escriben en sus calles, bajo sus farolas, junto a sus monumentos, en las esquinas de sus librerías, en los puentes que cruzan el Támesis... en el metro...



Volvimos tarde al hotel. El hotel garantiza el sueño. Dormimos formidablemente. Hasta las ocho, hora en que sonó el despertador anunciando el gran día, Domingo 26 de junio, día del concierto de GLEE en el O2 Arena. Pero eso ya os lo cuento otro día.




Continuará...






I.M.G.