En la E.G.B., sí, yo también fui educada y creada en la Educación General Básica en mis años infantiles, (y soy de las que piensan que la E.G.B. fue un gran sistema educativo en España), nos enseñaron a edad temprana a distinguir entre el mapa físico y el mapa político de España. Así aprendimos ríos y montañas en unos, y regiones y ciudades en otro.
Recuerdo unos mapas, que guardaba en sus funditas de plástico, tales como estos. Me gustaba deslizar el lápiz por las costas españolas y de Portugal y dibujar mi país en las contraportadas de mis blocs de dibujo.
Los ríos y sus afluentes. La capital. Los golfos y los cabos. Los sistemas montañosos. De uno de ellos quiero hablar en esta entrada. De los Montes de Toledo. A saber, nunca pensé en ellos como otra cosa que lo que eran: una formación montañosa de la Península Ibérica que separa la cuenca del Tajo de la del Guadiana. (Tal como se puede leer en la wikipedia). Pero algo ha cambiado, y tienen un nuevo sentido para mí. Ahora son sinónimo de literatura, sinónimo de amigo amante de las letras y la cultura, sinónimo de un blog vecino que visito a menudo, y cuyo amo de la casa me ha hecho querer a esta formación montañosa como si fuera una de las que recorren mi Andalucía del alma.
Hablo de Ximens, comentarista habitual de Chawton St, y de su blog: http://ximens-montesdetoledo.blogspot.com.es (Cosas que son verdad y no han pasado).
No acostumbro a hacer publicidad de otros blogs, y esta entrada no pretende hacer publicidad del mismo, (sino de su bloggero), aunque deberíais entrar a visitarlo, que seguro que os quedaréis, como hago yo, pero como decía en mi entrada de Eñe de este año, este noviembre sólo he reservado hueco para hablar de Eñe, aunque no haya ido, y Eñe también es sinónimo de Ximens, porque nos lo ha puesto fácil, porque nos ha acompañado a tertulias, porque nos ha presentado a su encantadora mujer, porque nos ha llevado a pasear por Madrid y nos ha contado las luces y sombras de sus barrios más castizos, porque nos ha llevado a un restaurante italiano que parece una biblioteca, y a comer bocata de calamares en un recoveco de la Plaza Mayor, porque nos ha regalado libros, letras, críticas literarias, conversación, historia...
Inma, Ximens, Loli y yo Gran Vía de Madrid Eñe 2011 |
Por tanto, una parte importante de Eñe, que merecía entrada aparte, antes de que finalice el mes.
Imagino su cara al ver que no aparecía en la entrada anterior. ¿Te has olvidado de mí, Isa? ¡Ah, pardiez! (lo de pardiez no lo habría dicho, pero me venía bien para caracterizar su perplejidad).
Permíteme, amigo Ximens, darte las gracias por todas esas cosas, por tu amistad, y por esos microrelatos que me hacen subir los brazos, ponerlos tras la nuca, y esbozar una sonrisa a la vez, (no sé si ves el gesto), luego casi silbo y digo, grande, sí que sí, ¡qué grande eres! Si tú no llegas lejos, ¿adónde llegaré yo?
¿Te arrancaré una sonrisa? Sospecho que sí, pues tienes algo de. (Aquí lo dejo).
Esta entrada viene a cuento de que estuve en Madrid, de que pisé el edificio de Bellas Artes, y no estabas allí, (ni tú, ni Loli, ni Inma, que vendrían conmigo), y te eché de menos, compañero.
El año que viene, el festival, y Madrid, serán nuestros.
I.M.G.
(Acabo de leer tu comentario en mi entrada anterior, jajaja, lo sabía, ¡Ah, pardiez! Espero haberlo arreglado con esta entrada, amigo Ximens. Felices Letras)